El rincón de Garci, Cine desde el CORAZÓN...


No creo en la excesiva información, rehuyo de la condensación de la vida a base de multitud de datos, aparto de mi vista las biografías interminables, no por poseer muchas páginas sino por ser eternas en su vacío. Si nos decantásemos por algo sería por la generosidad en las palabras, porque José Luis Garci nos regala una parte de su vida en cada una de sus películas.

Tras la resaca de unas navidades, nació este amante del Séptimo Arte en enero de 1944. Aparecía en Madrid una nueva mirada que pronto sería alimentada en numerosas salas de cine. Desde que era un niño dedicó gran parte a hacer aquello que sólo se puede hacer cuando eres un chiquillo: ser completamente feliz. El cine logró que Garci sintiera ese impulso por escribir y convertirse en autor literato, director, guionista y productor. Los sueños se iban haciendo realidad aunque antes tuvo que realizar otras labores como ser auxiliar administrativo en una entidad bancaria, un lugar que se alejaba de sus ilusiones, (pero para encontrar tu sitio, antes hay que hacer cosas muy diferentes para valorar lo que uno de verdad desea). Desarrolló una importante labor como crítico en distintas publicaciones, recibiendo algún que otro reconocimiento relevante.

Llegaron los veintitantos y el amante continuaba a favor de su amado, pero esta vez se declaraba de frente introduciendo sus primeros guiones cinematográficos. Escribió para Antonio Jiménez Rico, Pedro Olea o Eloy de la Iglesia entre muchos otros, además de ganar junto a Mercero un Emy por su corto La cabina. En la década de los 70 Garci también quiso mostrar sus dos pasiones en obras como Mi Marilyn o Al fútbol, una pareja de cortometrajes que siendo tan temáticamente distintos englobaban perfectamente la personalidad del director. Debutó con Asignatura Pendiente en el 77 y hasta hoy su último trabajo es Tiovivo c.1950, dos filmes antagónicos pero que marcan el pasado y el presente de manera insólita. De los ochenta son películas como El Crack, Volver a empezar -por la que obtuvo el Óscar-, Sesión continua o Asignatura aprobada. En la época de los 90 brillan títulos como Canción de cuna, La herida luminosa o El abuelo, siendo este último film el que convertiría al director en uno de los candidatos al Óscar.
Su trayectoria está marcada por la creación de diversos documentales, un género que nunca ha querido dejar muy alejado. En esta década inicia su camino en televisión como presentador gracias a un programa, boceto de la personalidad de nuestro protagonista. Qué grande es el cine aparece y se mantiene como un acogedor espacio consiguiendo por un instante que vivamos esta pasión como lo hace Garci. En los noventa edita la revista Nickel Odeon correspondiendo ésta con la productora que creó en los 80. Más recientes y cercanas son You’re the one o la emotiva Historia de un beso que redondean esa tierna autenticidad que caracteriza al director.

Su candidatura al Óscar por Sesión continua en fusión con una película que no logró funcionar en taquilla. El lanzamiento de El Crack, un género complicado que Garci se atrevió a representar, mezclado todo ello con un público escaso que provocó la quiebra de la empresa cinematográfica de aquel momento. Una ceremonia de los Goya salpicada por el escándalo en referencia a una presunta compra de votos, respecto a su película El abuelo. Y alguna que otra situación polémica más…hacen de José Luis Garci un verdadero genio del cine, un hombre que a ‘algunos’ no gusta porque gusta demasiado, un maestro con el único pecado de dar vida a las historias más puras, a las historias sin rencor. Ha sido, en ocasiones, dejado de lado porque los celos son manos que matan, son cuerdas que ahogan. Y el ganado a menudo es el que provoca que espectador y butaca se incomoden, y que pantalla y público no cuajen. Pero en estos casos el azar y la verdad suelen estar de su lado sosteniendo que un Óscar o tres candidaturas tienen que significar algo. Pues la vida nos devuelve a todos nuestro fruto con creces, y en esto Garci resulta un espectáculo. Y si existe un matrimonio eterno es el de José Luis Garci y el cine: dos palabras inseparables.